¿Qué te parece en nuevo disco Only the Strong Survive?

Opiniones en comentarios

Esta entrada tiene 9 comentarios

  1. Nicolas

    CRÍTICA MÍA PUBLICADA EN EL PERIODICO HERALDO DE ARAGÓN
    Springsteen, en aguas profundas del soul

    El vigésimo primer disco oficial en estudio de Bruce Sprigsteen, ‘Only The Strong Survive’, no es producto de la falta de inspiración, agotamiento y otras restricciones creativas que en ocasiones visitan a algunas figuras cuando se cierne sobre ellas la nube negra de la incertidumbre y la falta de ideas. No. Ha sido, una vez más, una decisión atizada por su concepto amplio de tránsito por las carreteras de la creación y del desarrollo del oficio musical.
    Algo que obedece a una de sus permanentes obsesiones: movimiento. Su trayectoria discográfica transpira a borbotones esta obsesión. ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, ‘Born To Run’ con ‘Darkness On The Edge Of Town’, y no digamos con ‘Nebraska’? ¿Y qué hay de las ‘Seeger Sessions’? ¿O de los gemelos ‘Human Touch’ y ‘Lucky Town’? ¿Y cuál es el primo hermano de ‘Western Stars’? Es la huella de un músico inquieto, cambiante, libre de ataduras, nacido con un afán inmenso por correr hacia tierras nuevas o prometidas, como tantas veces reiteró, en otro sentido, en sus primeros tres discos.
    Ahora, dando un timonazo hacia los mares del soul, en la misma medida que lo hizo en 2006, yéndose a los del folk en ‘We Shall Overcome (The Seeger Sessions)’. O sea, otro álbum epigonal, como lo fueron ‘Rock’n’roll’ (1975) de Lennon, ‘From The Cradle’ (1994) de Eric Clapton, ‘Blue & Lonesome’ (2016) de los Rolling Stones, y tantos otros. Antiguo, pero emocionalmente abrasivo y didáctico para las nuevas generaciones.
    El de New Jersey no es un extraño en la casa del soul. Desde su juventud lleva cantando piezas clásicas del género. Por su trituradora, en directo, han pasado títulos celebérrimos: ‘Raise Your Hand’, ‘Sweet Soul Music’, ‘In The Midnight Hour’, ‘Land Of The 1.000 Dances’… ¿Y qué es su explosivo ‘Tenth Avenue Freeze-Out’ sino una culminación exultante del estilo en el que se vacía escenificando las poses y gags del género negro, con James Brown en mente? Basta con zambullirse en su inmensa colección de ‘bootlegs’ o en esas glorias oficiales que exhuma cada mes en su web para comprobar que el soul anida en su alma musical desde tiempos pretéritos. En el escenario, oficialmente, ni más ni menos que desde 1976.
    Sin embargo, aquí ha esquinado la pompa de estos grandes éxitos para sumergirse en las aguas profundas del género a la búsqueda de títulos más ignotos, realizando así un gran trabajo de investigación y memoria educacional. Algunos de estos títulos, procedentes en su mayoría de la factoría Motown, en un proceso de reversión contra la llamada ‘british invasion’, viajaron en los sesenta a Inglaterra, conformando allí el cuerpo mestizo del llamado ‘Northern Soul’, tan apreciado en el mundo mod. Es el caso de ‘Do I Love You’, de Frank Wilson, compositor, productor y cantante de la Motown, que figura en el número 1 del Top 500 de este estilo. Solo una bendita licencia: aunque curiosamente grabada en Inglaterra, la grandiosa ‘The Sun Ain’t Gonna Shine Anymore’, que pertenece al mundo pop y no al soul, y que los norteamericanos The Walker Brothers llevaron a los cielos en 1966 en medio de una rabiosa producción de corte spectoriano. Springsteen, pese a la dificultad vocal de la canción, sale indemne. Todo ello ha dado lugar a un disco con menos euforia soul; dinámico y rítmico, para la pista de baile, como era el sello del ‘Northern Soul’, pero con menos fuego, con más suavidad y hasta baladismo.
    Pinchando en la carne del disco, lo que conviene resaltar de inmediato es la fidelidad y el respeto con el que ha tratado todas estas canciones, ateniéndose a la melodía y a los arreglos de origen con empecinada lealtad y finura, sin adiposidades y exageración. Lealtad que podría haber quebrado metiéndolas en su reconocible mundo sonoro. Pero, no. Por encima de todo, y solo cantando, ha mantenido esas esencias al máximo. La prueba mayor: la canción final del disco, ‘Someday We Will Together’, original de Diana Ross & The Supremes, que podía haberse sustituido, para mejor, por la versión pop que incluyó, en 2010, en su disco de descartes, ‘The Promise’, pero se ha abstenido.
    Cierto es que se ha tomado pequeñas licencias: en la pieza de los Four Tops, ‘When She Was My Girl’, ha eliminado los contrapuntos barítonos del coro, bam-bam-bam; en ‘Any Other Way’ suprime los coros a lo Ronettes, que son el adorno mayor de la pieza original de William Bell; en ‘I Wish It Woul Rain’, de The Tempations, ha añadido unos segundos finales de lluvia, y en ‘I Forgot To Be Your Lover’ no enfatiza el colorido tonal a lo Sam Cook que el citado Bell le puso en 1968 a su pieza original.
    Pero su contención ha sido tan estricta que, por ejemplo, en ‘Soul Days’ ha optado por no coger su clásica Telecaster y soltar un fiero solo de los suyos, como sí lo hizo en el original Doby Gray en 1969. Igualmente, podía haber aprovechado algo que pide a gritos una pieza como ‘What Becomes Of The Brokenhearted’, que sí plasmaron Rod Stewart y Joe Cooker: haberle añadido coros femeninos a la versión primigenia que Jimmy Ruffin cantó solo con apoyos masculinos. Todo ello, dicho sea, por buscarle algún pelo a la calavera.
    Todo lo más palpable de estas versiones para alejarse de los modelos originales son acciones, en todo caso, enormemente positivas, dígase, el enriquecimiento de instrumentaciones de vientos y coros, caso de ‘Don’t Play That Song’, que sigue el perfil de la versión de Aretha Franklin y no el de la original de Ben E. King, o la reversión de ‘Do I Love You’, en la que la voz de Springsteen machaca el feísmo que le puso su cantante primigenio Frank Wilson.
    Un gran disco. Sería una gran decepción que no llegue un DVD con las sesiones de grabación de todas estas versiones e incluso las de un próximo segundo volumen, porque compondrá un irresistible documento visual, con tanta elegancia, vistosidad, alegría y alma, pese al distanciamiento de su obra mayor, como trasluce. O lo que es lo mismo, Springsteen en su caldo, haciendo lo que le da la gana, por no expresarlo de otra forma más burda.

  2. Juan Francisco

    Es un disco agradable para escuchar y para disfrutarlo.Si no conoces las canciones originales mucho mejor.

  3. Coco

    Un bodrio, una lástima

  4. Javi

    Un album diferente. me gusta mucho¡¡

  5. JM76

    Hola a todos,
    Es un gran disco, pero de soul y de versiones. Suena enorme, enérgica y fresca la voz de Bruce, y que huye de los temas clásicos del género, aunque yo esperaba un buen disco con The E Street Band. Este proyecto de covers 1 lo hizo durante la pandemia, no tenia a sus músicos. Dicen que grabó 100 temas, y para este disco grabó 40.

    Su gran disco de soul-rock son los temas que dio a Gary US Bonds, Southside Johnny, Clarence Clemons y Ronnie Spector.

    Tranquilos, habrán más disco con The E Street Band!

  6. covsc1922

    I would love to hear the new album……Obrigado desde Portugal

  7. JAVIER

    No sé qué deciros. Tampoco soy crítico musical, igual es una obra maestra;uno nunca sabe. Para mí, otros trabajos «diferentes» de Bruce, llámese Devils, el fantasma, algo menos Western Stars, tenían algo diferente que quizás otros artistas no podían ofrecer. He escuchado el disco, un par de veces, y no encuentro nada genuino en él. Canta bien, la música está bien, pero al final es un disco de covers. Si no estuviera firmado por Bruce no creo que llegara a comprarlo, por lo que estoy de acuerdo con la persona que decía que es un disco para completistas y fans de siempre, como yo.

  8. David

    Álbum de usar y tirar

  9. Bernardo

    Parece ser que TODOS los rockeros, entre mas viejos se sienten Frank Sinatra, una pena de verdad, un album para coleccionistas o completistas pero no es un album de el jefe

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